Me refiero a Mons. Williamson, "off course". En la entrevista a la que se hace referencia en Secretum, Mons. Fellay, a mi ver, hurga en la herida y sigue echando sal. Este, pequeño, comentario sobre la entrevista no es ni malicioso, ni interesado, ni capcioso, pues, nada me va en el fondo de las discusiones, más allá de lo que le va a cualquier fiel de la Iglesia, es decir, todo o nada. Doctores tiene nuestra Santa Madre. Pero hay algo que es vergonzoso y es el continuo lastre sobre las declaraciones de Mons. Williamson. Con lo fácil que es decir que le dejen en paz, que está cumpliendo su particular penitencia, por su "imprudencia" (Mons. Williamson dixit) y se acabó, no, hay que regodearse en estupideces, porque son sobre cuestiones temporales puedo decirlo, como estas:
"En este contexto se puede entender la ira de los Judíos, yo la entiendo y deploro lo que pasó."
No, Monseñor Fellay, SER no puede entender la ira de los judíos, porque SER no es tampoco ninguna autoridad en la materia histórica, por lo tanto, si Mons. Williamson debe callar por su falta de autoridad, no estaría mal que S.E.R. hiciera lo propio, ¿no? ¿O es que ponen cargas a los demás que ustedes mismos son incapaces de soportar?¿De qué me sonará eso?
Dejense de tanto rollo judaico y no meneen más, porque quizás se granjearán la simpatía de algún rabino, cosa que dudo muchísimo, pero perderán la de los fieles católicos que les siguen y ven como por una cuestión humana, un Obispo católico ha sido relegado, un desperdicio, un lujo malsano, en las actuales condiciones para la salvación de las almas.
En el nombre de Dios, ¡déjenlo en paz!
lunes, 3 de agosto de 2009
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