martes, 16 de diciembre de 2008

Pero ante todo, hay que ser simpáticos




Sí, hay que ser simpáticos, graciosos, ridículos. Nunca los respetos humanos han hecho tanto destrozo como en esta época de apóstatas y felones. Hoy, nos enteramos de lo siguiente:

Sábado pasado, día 13 de Diciembre de este año 2008. Parroquia de Santa Genoveva de Majadahonda, Madrid. Sobre las 12:00 hrs. Está terminando la Misa y el sacerdote --David, sentimos de verdad no poder anteponerle el Don debido a todo sacerdote por el hecho de ser persona consagrada, pero ya verán los motivos--, sí, David, que para el que no lo sepa procede de la parroquia de Nuestra Señora de Caná, dirigida por Jesús Higueras --otro al que no podemos dar el Don que quisiéramos, por otros motivos--, dice que va a dar algunos avisos:

"...ahora toca daros la aspirina litúrgica. Vamos a ver, cuando se cae la Hostia no pasa nada, no os quedéis paralizados. Se recoge y ya está. La Hostia se puede coger con la mano perfectamente, quizás los que sois más viejos tenéis más reparos porque os enseñaron que sólo se podía recibir con la lengua, pero os voy a decir una cosa, si lo pensáis, tomar la Hostia con la lengua es más asqueroso que con la mano, porque si pensáis en las bacterias de la lengua y los ácidos del estómago cuando se disuelve allí, es mucho peor, además se mastica (hace gestos ostensibles de masticación) y en cambio no pasa nada. Así que ya lo sabéis, si se cae la Hostia no pasa nada, el Señor tiene cosas más importantes en qué pensar que en que se caiga o no la Hostia. Otra cosa sería que os llevaráis una Hostia en el bosillo, eso si que está mal, bueno, menos yo que la llevo a los enfermos..."

Increíble, pero cierto. Terrible, pero verdadero. ¡El enemigo está, sin duda, dentro: disparad sobre nosotros! No se puede ser más irreverente, bárbaro y vulgar. Es difícil encontrar, incluso entre los declarados enemigos de la Iglesia, a alguno que se a capaz de decir semejantes cosas; y lo peor es que este individuo se dice sacerdote y las dice desde el ambón, y vestido con ornamentos sagrados. ¡Cuánta soberbia e insensatez! ¡Qué desprecio tan cruel por el Sacratísimo Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de Nuestro Señor, que eso es lo que es la Sagrada Forma! ¡La lleva en el bolsillo como el que lleva cualquier cosa! ¡Qué ignorante, al mismo tiempo! ¡Cuánta falta de fe! ¡Cuánta desobedicencia al Papa! Y cuántas cosas más por decirle que no caben en todo Internet.

Así nos va; así nos arde el pelo; con sacerdores como éste, con Obispos que les amparan; con Cardenales como Rouco que organiza misas multitudinarias que se convierten en saraos irreligiosos, mientras permite, porque no tiene lo que hay que tener, que en San Carlos Borromeo sigan los sacrilegios. ¡Pero cómo no vamos a caer bajo la bota de los ateos e impíos, si los jefes están podridos, y los soldados vagan a su antojo sin disciplina ni ilusión! ¡Pero si es que nos merecemos lo que nos ocurre! ¡Pero si es que hemos de pagar nuestras veleidades! ¡Pero si es que Dios debe estar harto de que le pidamos, mientras sólo recibe desprecios, bofetadas y escarnios.. de los suyos!

Recemos. Recen. Hagamos penitencia. Hagan penitencia. Pidamos a Nuestro Señor sufrir para poder reparar, con nuestro sufrimiento, nuestras ofensas y las de los demás, en especial las de aquellos que se dicen católicos, las de aquellos que exclamando ¡Señor, Señor! demuestran ser peores que los enfermos de ignorancia o ciegos por el error. ¡Cuánto más, mucho más daño hace un mal sacerdote, que mil pecadores!

Por Laura Benca

Fuente: Alto y Claro

1 comentario:

Anónimo dijo...

Onde vamos parar desse jeito?
E pensar que estes, estão em "plena comunhão"...

Nossa Senhora Aparecida, rogai por nós.