lunes, 27 de abril de 2009

La innovación del Opus Dei

Lo que empezó como pía unión y que hoy, tras el CVII, es una Prelatura Personal del Código de Derecho Canónico fue, y es, una innovación en la Iglesia. ¿Y cuál es la novedad? Pues, hacer de lo general particular o bien de lo universal camarilla. Y esa novedad ha matado, que nadie se equivoque, hablo de hechos contrastables no juicio de intenciones, la ascética cristiana.

Si alguien ve a una familia numerosa en lugar de exclamar: ¡una familia cristiana!, dirá: seguro que son del Opus. Y eso es lo sectario. Porque la virtud del tálamo es para todo matrimonio cristiano.

Cuando un blog "tradicionalista", en lo político, como el de Embajador en el Infierno, dice que Mons. Lefebvre más que instrumento fue osbtáculo para la Misa de siempre, no vendría de más recordarle, dadas sus preferencias opusistas, que el Opus ha sido el que ha convertido la devoción en secta. Para la afirmación primera vale cualquier especulación, para la segunda, como he dicho, están los hechos.

Cualquiera que agarre los Ejercicios de San Ignacio y la Introducción a la vida devota de San Francisco de Sales, verá el plagio con "santa desvergüenza", pero la novedad opusista también llega al método y la "afiliación" a la orden. Así, en aras de un espíritu laical, son barridos los espíritus religiosos, que no los clericales; y en aras de la discreción, se suprime la razón para hacer los compromisos y lo que obligan. Los estatutos de la Prelatura no están en posesión de los socios, sino en armarios bajo llave. Tácticas secretistas que bien denotan el conocimeinto que tenía el Fundador de la masonería para copiar sus mismos métodos. Métodos anticristianos y que, como bien han definido muchos de sus miembros, algunos felizmente y otros psiquiátricamanente fuera de la "Prelatura"

"El Opus Dei es el secuestro de la conciencia".

Pero siendo todo eso deleznable para el católico práctico, lo peor es que el Opus ha santificado el espíritu burgués. Si Aristóteles decía que los mercaderes e industriales no deben ser admitidos a la ciudadanía, porque su género de vida es abyecto y contrario a la virtud, el "carisma" opusista dice que el hombre hace la virtud haciendo con perfección su trabajo. El opusista da carta de ciudadanía cristiana al banquero que vive de la usura, "restituyendo" a Lutero y a Calvino para la ascética cristiana, pero es más, amparado en ese espíritu burgués no se busca la santificación del trabajo por los méritos de la sangre de Cristo que perfecciona todas nuestras imperfecciones, sino que para merecer es necesario ser perfectos, trastocando el orden de la causa y el efecto.

Decía San Fco. de Sales que es un error y una herejía querer desterrar la vida devota de los reales de soldados, del taller de los obreros, de la corte de los príncipes y del hogar de los casados. Si eso era una herejía, es mayor aún pretender la práctica de la devoción como sello de pertenencia a una parte de la Iglesia y no a la Iglesia entera, que eso y no otra cosa es la Prelatura personal del Opus Dei.

Un grave error, asimismo, es asegurar que Escrivá de Balaguer fue el precursor del CVII, cuando todo el mundo sabe que el CVII fue el de los teólogos peritos, y si no fue ni siquiera de los Obispos, ¿cómo pretender que lo fuera de un cura de pueblo? Por muy santo que fuera, más aún, por eso mismo, ya que el CVII no escuchaba a los santos, sino a los peritos. Otra cosa es que las desviciaones doctrinales, no sólo de Escrivá, si no de buena parte de la Igelsia, a partir del CVII se encontraran con carta de ciudadanía por la brecha que en la autoiddad y en la Fe ha supuesto ese (falso, opinión particular) concilio.

1 comentario:

Anónimo dijo...

una pruebas del anticatolicismo de este sitio.
como digo siempre los auténticos tradicionalistas son los católicos. No los caprichosos que escogen lo que les gusta de la fe, y evidencian su anticatolicismo atacando a quien sí está dentro.
Opina lo que quieras pero no digas que eres católico. Confundes a los fieles. Funda la religión que quieras , rechaza los concilios que no te gusten, ataca al papa, a los movimientos católicos, pero nunca manches el nombre de la Iglesia.
Usar el nombre de la Iglesia para atacarla, es satánico.

Marcos