jueves, 2 de octubre de 2008

Entre la tolerancia y libertad


El Santo Padre Benedicto XVI ha dicho, en su reciente visita a la Francia apóstata, masónica y liberal que representa su Estado, que:

Preguntado, el 12 de septiembre, antes de la conferencia de prensa, abordo del avión sobre si el Motu Proprio era una ruptura con el CVII, el Su Santidad respondió:

"Es un miedo infundado porque este Motu Proprio es simplemente un acto de tolerancia con un fin pastoral".

Sin pretender, Dios nos libre, enmendar la plana a nadie, y menos al Santo Padre, es curioso que algo que nunca ha sido abrogado en lugar de derechos tenga simplemente tolerancia. A más a más cuando todos sabemos que implica la tolerancia frente a la libertad. Es curioso que se hable de libertad de cultos (que eso es la libertad religiosa conciliar) y en cambio la Santa Misa de siempre, nunca abrogada --y siempre perseguida--, sólo tenga una tolerancia pastoral. ¿Tiene miedo el Santo Padre? No el miedo que a todos nos sobrecoge cuando vamos en contracorriente, sino el miedo de los respetos humanos que hace traicionar la conciencia. Sólo Dios lo sabe. Nuestra obligación es seguir rezando por el Santo Padre para que sus enemigos no se apoderen de su alma. Y seguir. Seguir con el buen combate de la Fe, seguir con nuestra Fe que ilumina el entendimiento de la razón y empuja a la voluntad a no desfallecer. Pero está claro que la declaración no se corresponde con los hechos y derechos de un rito jamás abrogado.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Te equivocas, amigo. La Iglesia se regula por el Derecho Canónico, el derecho positivo, y según éste el Rito latino es el Novus Ordo. Por ello, tolerancia y no libertad es la "carta de ciudadanía" que el rito de San Pío V tiene en la Iglesia. Es decir, que lo más probable es que, más tarde o más temprano, los miembros de Ecclesia Dei oficien Novus Ordo de manera habitual y extraordinariamente la forma del mismo nombre. Al tiempo.

Anónimo dijo...

Te equivocas anonimo!!!
Yo diría que tarde o temprano serán los modernistas los terminaran oficiando la Misa de Siempre.
Quisieron silenciarla, la persiguieron, nos dijeron mentiras al decir que estaba abrogada, excomulgaron al santo que se negó a abandonar el rito que había santificado siglos y siglos de Catolicismo y gracias a quien hoy pueden algunos dichosos cristianos gozar sus frutos espirituales.
Si no pudieron acabar con ella cuando este venerable rito estaba casí en las catacumbas menos podrán hacerlo ahora que el Santo Padre le ha devuelto su lugar.

Alberto

Anónimo dijo...

Ojalá me equivoque, Alberto, ojalá. No obstante lo tuyo es un deseo, un buen deseo, pero no sé yo si tras las declaraciones del Papa tiene mucho fundamento. Pero repito, ojalá.

Fernando Lizcano de la Rosa dijo...

Anónimo: creo que el Motu Propio es un buen fundamento.

Alberto: Con tiempo, mucho tiempo, lo importante es perseverar.