La renovación de la Iglesia se realiza por medio de los Santos. No por la adscripción al grupo de "los primeros cristianos" o gaitas por el estilo, sino por el ejemplo de los Santos en toda época. Porque si hablamos de los primeros cristianos en general, habrá que recordar que muchos fueron mártires, pero otros muchos, para no padecer martirio, fueron apóstatas. Así, que miremos a los Santos, a los mártires, no a las épocas, a ese arqueologismo denunciado ya por S.S. Pío XII.
Tras la Jornada Mundial de la Juventud, en la que recordamos que la palabra "misa" ha desaparecido de los labios de la Jerarquía, ¿qué reforma de la reforma puede esperarse? La mejor reforma sería tirar a la papelera de reciclaje el Novus Ordo inventado por los burócratas modernistas y volver a la misa de siempre. Las nuevas ceremonias siguen siendo profanas. Se ha cambiado la guitarra por el violín, y el cantautor por el tenor y la soprano, pero la celebración sigue sin injertar la música sacra. Enromes candelabros, pero sin Crucifijo. La concelebración, exagerada, el Canon --si se le puede llamr Canon-- a tres voces, y recordando más ceremonias tribales paganas que a la Religión de Cristo, con las manos levantadas de cientos de sacerdotes, parece más una presencia por acuerdo general que por las palabras de la transustanciación recitadas por el celebrante. Los fieles recibiendo al Señor de rodillas, pero sólo de manos del Santo Padre, con lo que los paños calientes son una verdadera chapuza. Y para postre los Obispos comulgando en self service bajo las dos especies.
Decepcionante, pero una muestra más de que el modernismo es pertinaz en sus posiciones y para nada las han abandonado, y que el humo de Satanás sigue estando dentro de la Iglesia, y arriba, muy arriba.
lunes, 21 de julio de 2008
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1 comentario:
Lamentable pero rigurosamente real.
El engaño modernista persiste.
Se le debe seguir combatiendo.
Por necesidad de mantenernos en la Fe y a pesar de las persecuciones "jurídico-jerárquicas"
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